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Si tu bebé regurgita y, en ocasiones, vomita, en principio debes saber que es muy común por diferentes factores, entre ellos el tamaño de su sistema digestivo, la cantidad de comida y su posición frecuentemente acostado, pues en los niños el sistema digestivo no está completamente desarrollado.
 

Sin embargo, vómito y regurgitación no son lo mismo. Conoce sus diferencias y entiende mejor a tu hijito para garantizar su bienestar.
 

Vómito en bebés

El vómito es el ascenso desagradable e involuntario del alimento ingerido generado por una contracción abdominal. Los vómitos eventuales pueden ocurrir durante los primeros meses, pero si se presentan constantemente y con una fuerza inusual, pueden ser señal de enfermedad. Siempre debes consultar con el pediatra de tu bebé.
 

Ten en cuenta que el vómito es un síntoma inespecífico que puede alertar múltiples situaciones, es decir, podría deberse a una dificultad leve en la alimentación, pero también puede ser síntoma de una patología más grave.
 

Siempre es importante que el pediatra tenga conocimiento de los síntomas de tu bebé, lo examine y evalúe aspectos como el contenido de los vómitos, la frecuencia, la cantidad y los síntomas relacionados.
 

Regurgitación

Suele ocurrir que después de comer, el contenido del estómago regresa al esófago y la boca, sin esfuerzo. Por eso tu hijo puede expulsar lo que comió fuera de su boca, a veces eruptando.
 

Esta es una afección conocida como reflujo o regurgitación. Es muy común en bebés sanos y tiene que ver con varios aspectos como el tamaño de su sistema digestivo, la cantidad de comida y su posición: los bebés están frecuentemente acostados.
 

Todos estos factores determinan que en los primeros meses de vida sea frecuente que se devuelva el contenido del estómago, incluso hasta la boca.
 

En general, el bebé expulsa un poquito de la leche que ha tomado, pero con características diferentes, más espesa, lo cual puede o no ser molesto para él,

Siempre que el bebé no tenga molestias, coma bien y aumente de peso, la regurgitación no afectará su salud.

Cómo reducir los vómitos y regurgitaciones

Puedes seguir las recomendaciones que te brindamos a continuación, previa consulta con tu pediatra.
 

  • • Ofrécele pequeñas cantidades de alimentos y si come un poco más lento de lo habitual, respeta su tiempo y no lo fuerces.
  • • Alimenta a tu bebé en una posición erguida y después de cada alimentación, mantenlo en esta postura durante 15 minutos.
  • • Nunca debes dar comida a un bebé acostado, pues la comida puede irse a los pulmones, lo cual es muy grave y pone en riesgo su vida.
  • • No es conveniente darle comida al bebé mientras llora, si mientras lo alimentas empieza a llorar, para, consuélalo y vuelve a empezar.
  • • Dale de comer en un ambiente relajado, sin ruido ni perturbaciones.
  • • Al terminar de comer no acuestes inmediatamente a tu bebé.
  • • Para dormir, acuesta a tu bebé siempre boca arriba, así reduces el riesgo de síndrome de muerte infantil súbita.


AVISO IMPORTANTE: La leche materna es el mejor alimento para el lactante y debe ser exclusiva durante los primeros 6 meses de vida para lograr todos los beneficios nutricionales e inmunológicos del lactante menor. Una buena alimentación de la madre es importante para la preparación y mantenimiento de la lactancia materna. Introducir alimentación parcial o total con biberón incide negativamente en la calidad y cantidad de la lactancia materna y reversar la decisión de no amamantar es difícil. Las implicaciones sociales y financieras de la alimentación con fórmula deben tenerse en cuenta cuando se decide utilizar este método de alimentación. Cualquier uso inapropiado o innecesario de las fórmulas infantiles puede conllevar a riesgo en la salud.

 

Bibliografía
 

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