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Si tienes un amigo o familiar que está atravesando una enfermedad de gravedad o ha sido operado recientemente, principalmente si convives con él como cuidador, seguramente esto ocupe tus pensamientos diariamente.
 
Pero para una recuperación, así como es conveniente que el paciente no esté pensando en su afección en todo momento, tampoco lo es para ti al acompañarlo. 
 
En primer lugar, por tu propia salud física y mental. Cuando cuidas a otros, es posible que dejes de lado tus propias necesidades, pero esto puede perjudicar tu salud a lo largo del tiempo. Además, debes tener en cuenta que, en un estado de preocupación y angustia constante, no es posible ayudar a otra persona. 
 
La labor del cuidador es de mucha honra y no es sencilla, más aún en Latinoamérica. Es por esto que lo primero que deberías hacer antes de tomar esta responsabilidad es evaluar si, en este momento, sientes que tienes las capacidades físicas y mentales para cumplir la función de cuidar a una persona enferma.
 
Duelo anticipado
 
Cuando cuidas a una persona enferma, debes tener presente que es esperable que te sientas mal a veces e incluso debes permitírtelo. Es necesario que continúes con tu vida, atendiendo y aceptando los sentimientos que la afección de tu ser querido te causa.
 
Además, no sólo puedes hacer tu duelo después de que ocurra un evento doloroso, sino también antes, es decir en forma anticipada. Para ello, puedes hablar con los médicos acerca de lo que se espera para las próximas etapas. Si puedes ir asimilando esto a lo largo del tiempo, seguramente te sentirás más preparado y fuerte cuando debas enfrentar un momento difícil.
 
Aunque te consideres una persona con mucha fortaleza para sobrellevar esta situación, probablemente las exigencias que esto implica vuelvan necesario hacer uso de otros recursos. A continuación, te brindamos algunas pautas que te pueden orientar para sentirte motivado mientras cuidas a tu ser querido:
 
    1. Simplifica


Busca alternativas que hagan más simple tu día a día. 
 
    2. Establece objetivos para tu salud


Tales como descansar, alimentarte mejor o ejercitarte con frecuencia. Busca la forma de continuar lo máximo posible con tus actividades y encontrar otras que te interesen. Dedica tiempo para ti mismo.
 
    3. Busca recursos


Ten en cuenta que no se puede ser cuidador 24/7. Tienes que contar con apoyo, horarios de trabajo y descanso. Pide a otras personas de tu familia que cuiden al paciente por unas horas, o tan solo hablar de cómo te sientes.
 
Infórmate acerca de los recursos que ofrece tu comunidad, como servicios de relevo o grupos de apoyo. Además, es importante que te informes acerca de la enfermedad que padece tu pariente. Esto hará que puedas apoyarlo mejor.
 
Recuerda que siempre puedes solicitar ayuda psicológica. No es necesario que llegues a estar sobrepasado por la situación para hacerlo. Hablar con un profesional te ayudará en cualquier etapa de la enfermedad en la que se encuentre tu pariente.
 
Fundamentalmente, ten presente que estás haciendo lo mejor que puedes y tomando las mejores decisiones posibles para cuidar a tu ser querido.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

1.American Cancer Society (2015). Preocupación por la familia y los que atienden al paciente.

https://www.cancer.org/es/tratamiento/personas-que-atienden-a-la-persona-con-cancer/escuche-con-el-corazon/preocupacion-por-la-familia-y-los-que-atienden-al-paciente.html

 

2. Mayo Clinic (2020). Estrés de las personas encargadas del cuidado: Consejos para cuidarte a ti mismo.

https://www.mayoclinic.org/es-es/healthy-lifestyle/stress-management/in-depth/caregiver-stress/art-20044784

 


3. U.S. Department of Health and Human Services, National Cancer Institute. (2014). Cómo cuidarse mientras usted cuida a su ser querido. Apoyo para personas que cuidan a un ser querido con cáncer. Publicación N° 13-6219(S) de NIH.

https://www.cancer.gov/espanol/cancer/sobrellevar/apoyo-a-quien-cuida/caregiver-spanish-jan2014.pdf