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Durante el confinamiento, es probable que el sedentarismo se haya apoderado de tu rutina diaria, haciendo que tu actividad física disminuya considerablemente. Por ello, es esperable que presentes un desacondicionamiento. Esto implica que, por ejemplo, sientas que te canses al subir una escalera o cuando caminas hacia tu trabajo. Sin embargo, ante esta nueva realidad, debes ir recuperando tu movimiento poco a poco. 
 
En primer lugar, detecta aquellas actividades sedentarias que puedes reemplazar por otras físicas, como utilizar escaleras en lugar de ascensores, o la bicicleta en lugar del transporte público, en caso de ser posible. 
 
En segundo lugar, planifica una rutina de ejercicios, la cual te ayudará a activar tu sistema inmunológico, fortalecer tus músculos y articulaciones, y oxigenar tu mente. Es importante que tu regreso a la actividad física sea progresivo, entendiendo que no puedes pasar de un estado de sedentarismo total a realizar ejercicios exigentes, de un día a otro. Idealmente, diagrama tu rutina deportiva junto a un profesor que pueda asesorarte y supervisarte. 
 
Un punto relevante a tener en cuenta cuando retomes la actividad física, en caso que la hubieses practicado previo al aislamiento, es no exigirte alcanzar el rendimiento que solías tener. Al principio, es esperable que te veas limitado y con menor capacidad funcional debido a la inactividad. Por lo tanto, sea cual fuese el deporte que practiques –aeróbico o de fuerza-, debes comenzar con un nivel de intensidad menor, dado que tu organismo necesita volver a tomar ritmo. A su vez, puedes consumir alimentos como Ensure®-Sport, que contiene 30g de proteína por toma, vitaminas y minerales que ayudan a mejorar tu rendimiento físico.
 
En líneas generales, realizar actividad física de forma regular te ayudará a:


        ◦ Mejorar el estado muscular y cardiorrespiratorio;
        ◦ Reducir el riesgo de hipertensión, enfermedad coronaria, accidentes cerebrovasculares, diabetes, y varios tipos de cáncer (entre ellos el cáncer de mama y el de colon);
        ◦ Mejorar la salud ósea;
        ◦ Reducir el riesgo de caídas, así como de fracturas de cadera o vertebrales;
        ◦ Mantener un peso corporal saludable.


Además, el ejercicio regular te ayudará a mejorar tu salud mental ya que:


        ◦ Reduce los síntomas de ansiedad y depresión;
        ◦ Ayuda a sentirse relajado;
        ◦ Libera tensiones permitiéndote dormir mejor;
        ◦ Aumenta la vitalidad, dándote más energía y capacidad de trabajo.

 

Por último, recuerda que el ejercicio que realices hoy, tendrá un impacto en tu salud en el largo plazo. 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

 

    1. https://www.saha.org.ar/rincon-del-hipertenso/vida-saludable/actividad-fisica
    2. https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/physical-activity