Predecir el género de tu bebé puede ser una experiencia divertida para compartir con tu pareja, familiares y amigos. Aunque la única forma confiable de saberlo es mediante una ecografía (ultrasonido prenatal), existen muchos métodos caseros y tradicionales que han pasado de generación en generación.
Estos métodos no tienen base científica y su probabilidad de acierto es del 50%, pero pueden ser una forma entretenida de pasar el tiempo mientras esperas la confirmación de tu médico.
Si las náuseas son intensas y frecuentes, la tradición dice que podrías estar esperando una niña.
Se cree que las hormonas en un embarazo de niña provocan más malestar matutino.
Tómalo como una curiosidad simpática: las náuseas dependen de muchos factores y no del sexo del bebé.
Si tu pancita es redondeada, dicen que es niña; si es puntiaguda, es niño.
La forma del vientre se asocia a la posición del bebé, aunque en realidad influye tu complexión y postura.
No hay ciencia detrás, pero es un clásico que siempre saca sonrisas y hasta apuestas en las reuniones familiares.
Se ata un anillo a un hilo y se sostiene sobre tu barriga como un péndulo.
Si se mueve de lado a lado, sería niño; si hace círculos, niña.
El movimiento depende más de la mano que lo sostiene que de tu bebé, así que úsalo solo como un juego y diviértete.
Se dejan caer unas gotas de aceite sobre tu barriga mientras estás recostada.
Si el aceite se mueve lento, dicen que es niña; si corre rápido, niño.
Es divertido de probar, pero el aceite no sabe de bebés, solo de física y gravedad.
Mezcla tu primera orina de la mañana con bicarbonato en un vaso.
Si burbujea, sería niño; si no pasa nada, niña.
El pH de la orina cambia por tu dieta y no por el sexo del bebé, así que no te lo tomes en serio.
Si quieres dulces, niña; si prefieres salado, niño.
Se piensa que los antojos revelan lo que “pide” el bebé.
Los antojos son parte de los cambios hormonales y emocionales, no un mensaje en clave del bebé.
Si tu rostro se ve más redondeado, dicen que es niña.
Los cambios faciales se deben a la retención de líquidos y el aumento del peso.
Es un comentario común en las visitas, pero no es una predicción fiable.
Si el vello crece más rápido, sería niño.
Se cree que las hormonas masculinas del bebé influyen en tu vello.
El crecimiento del vello depende de tus propias hormonas y genética, no en la de tu bebé.
Si tienes los pies fríos durante el embarazo, podría ser niño.
Se asocia la temperatura corporal con el sexo del bebé.
Abrígate y no te preocupes: el frío en los pies no tiene que ver con el género.
Más de 140 latidos por minuto: niña; menos: niño.
Se cree que el corazón de las niñas late más rápido.
El ritmo cardíaco varía por la actividad del bebé y la etapa del embarazo, no por su sexo.
Cruzan tu edad al concebir y el mes de concepción para “predecir” el sexo.
Son fáciles de usar y generan curiosidad.
Son tradiciones antiguas sin respaldo científico, pero muy entretenidas de probar.
Es un estudio de imagen que utiliza ondas de ultrasonido para mostrar al bebé dentro del útero.
Generalmente puedes verlo a partir de la semana 16-20 de embarazo, eso sí, dependiendo de la posición del bebé.
• Es un método seguro y no invasivo.
• Permite saber cómo va el desarrollo del bebé.
• Te da información precisa sobre el sexo.
Probar estos métodos caseros puede ser una forma divertida de pasar el tiempo y compartir momentos especiales durante el embarazo. Sin embargo, recuerda que solo la ecografía puede confirmar con certeza el sexo de tu bebé.
¡Esperamos que te diviertas probando estos métodos caseros!
Cuéntanos cuáles conocías y si alguno “acertó” en tu caso. Y no olvides consultar con tu médico para obtener información precisa sobre el desarrollo de tu bebé.
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