Los juegos para niños cumplen un papel fundamental en su desarrollo. Capacidades como la afectividad, la motricidad, la inteligencia, la creatividad y la sociabilidad se activan y estimulan en el momento que juegan.
Recuerda que para tu hijo jugar contigo es el mejor juego de todos. Cuando te relacionas con tu ellos, de mente y corazón, logras el verdadero objetivo del juego, y eso es más valioso que cualquier juguete o amigo que tenga. Por eso, intenta siempre dedicar tiempo de calidad creando con tu pequeño.
Lo ideal es establecer reglas para que aprenda a seguirlas en el mundo real, estimular su fantasía con objetos simples, propiciar juegos que le permitan estar activo desarrollando sus habilidades y evitar los juegos violentos o agresivos.
El juego no es solo entretenimiento: es una herramienta de aprendizaje y crecimiento. A través de él, los niños desarrollan habilidades motoras, cognitivas, sociales y emocionales. Además, jugar fomenta la creatividad, fortalece el vínculo con sus padres y les ayuda a manejar emociones.
Desde los primeros años hasta cualquier edad escolar.
Estimula la motricidad fina, la coordinación mano-ojo y la creatividad.
Crayolas, hojas de papel, lápices de colores o marcadores lavables.
1. Prepara un espacio cómodo, papel y colores.
2. Invita al niño a dibujar lo que quiera, sin importar el resultado.
3. Acompáñalo y haz preguntas sobre lo que está creando para fomentar su expresión.
Permítele proponer temas, dibujen en conjunto o usen pintura con las manos para estimular diferentes sentidos.
A partir de los 2 años.
Mejora su coordinación, aprende sobre reconocimiento de formas y la resolución de problemas.
Cartón, tijeras, colores y figuras recortadas.
1. Dibuja en un cartón formas como círculo, cuadrado, triángulo y estrella mientras le enseñas el nombre de la figura.
2. Recorta y decora las mismas figuras en el mismo tamaño.
3. Invita al niño a encajar cada figura en su lugar correspondiente.
Usar piezas de madera, rompecabezas sencillos o figuras con texturas diferentes.
De 2 años y medio a 3 años.
Atención, memoria espacial y comprensión de instrucciones.
Un objeto pequeño para esconder (puede ser un juguete o una sorpresa).
1. Escoge un objeto y escóndelo en un lugar seguro.
2. Invita al niño a buscarlo.
3. Guíalo diciendo “caliente” si está cerca, “frío” si está lejos y “tibio” si está a media distancia.
Puedes aumentar la dificultad escondiendo el objeto en lugares menos evidentes o jugar en espacios más grandes.
Desde los 3 años.
Su motricidad gruesa mejora, además su coordinación y pensamiento estratégico.
Fichas de “armatodo” u objetos pequeños, pala de juguete y arenera.
1. Entierra las fichas en la arena.
2. Entrega al niño una pala de juguete.
3. Invítalo a encontrar todas las piezas y prémialo al final.
Intenta usar pistas para encontrar el tesoro o esconderlo en diferentes zonas del parque.
A partir de los 5 años.
Con este juego mejora su motricidad gruesa, equilibrio y coordinación.
Una cuerda larga.
1. Pon la cuerda en el piso.
2. Invita al niño a caminar sobre ella llevando un objeto de un lado a otro.
3. Anímalo a imaginar que la cuerda está suspendida en el aire.
Hacer competencias de velocidad o usar obstáculos para aumentar el reto
El juego es definitivamente una herramienta poderosa para el desarrollo de tu hijo y una oportunidad para que fortalezcan el vínculo. No se trata solo de entretener, sino de aprender, explorar y crecer juntos.
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